Miguel Bustillo


Ordena tranquilamente la colección de relojes de mano que disponen en la tienda de antigüedades, limpiándolos con un trapo y depositándolos cuidadosamente en la caja de terciopelo rojo.

Una de las radios está encendida para escuchar las novedades que llegan desde los frentes. Pese al intenso frío del mes de febrero, la calle está atestada de gente que viene y va, entrando y saliendo, de los comerciosAlgunos se paran para conversar en grupos reducidos. Es la tranquilidad de vivir en la retaguardia. De momento, la vida sigue igual pese a estar en guerra. Nota un leve ardor de estómago debido a la prematura partida de su tío al frente deTeruelA uno de los tantos infiernos que están calcinando todo el país. Teme no volver a verle nunca más. Sabe que ya no puede hacer nada, ni puede retenerlo para que no se marche. Se alistó para luchar por la causa y ya no hay marcha atrás. Miguel, tampoco es consciente de todas las situaciones que le ocurrirán a partir de ese día. No imagina que empezará a vivir una serie de sucesos que lo llevarán hasta el final de una meta insospechada. Este personaje nos guiará a través de nuestra historia contándonos todo lo que sucede a su alrededor y nos confesará sus inquietudes, conduciéndonos por los rincones de un Alcoy que, solamente, existe en la memoria de unos pocos.


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