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Como
ya os conté en el post de Las milicias alcoyanas, Alcoy se convirtió en una de
las industrias de la guerra. Desde
nuestra ciudad, partieron varias tropas hacia los frentes para defender la
República.
Existió
uno que me llamó especial atención: el Ruesca-Taíno. Su nombre rinde homenaje a
dos milicianos alcoyanos que fallecieron luchando en los frentes. Destinado
en la Columna de Hierro de Teruel, uno de los más sangrientos y temerarios del
bando republicano, formó parte del 4º Batallón de la 82 Brigada Mixta en la 40
División del XIII Cuerpo del Ejército. Las inscripciones se realizaron a partir
del día 1 de febrero en el local social de las Juventudes Libertarias y el 1 de
marzo de 1937, partieron más de 500 inscritos hacia Puerto Escandón, a escasos
kilómetros de Teruel y su grito de guerra era el de ¡Presente y adelante! Estuvieron
durante varios meses en las trincheras paqueando*, ansiosos por atacar las
líneas enemigas pese al intenso frío y la escasez de víveres. En agosto,
llegaron hasta Sierra Palomera alcanzando el Cerro de Montero. Allí se clavó la
bandera que habían confeccionado las mujeres republicanas en el mes de junio. A principios
de septiembre tomaron Belchite lentamente en una sangrienta batalla que dejó
1.500 cadáveres y más de 500 prisioneros. Hasta enero de 1938 no dispongo de
noticias, de momento, de los movimientos de la milicia alcoyana. Entró con el
Ejército Popular en la toma de Teruel que duró aproximadamente unos veinte
días. La
derrota que sufrió la República en esa batalla le costó a un precio muy alto.
Perdieron la 67 Brigada Internacional, con sus Brigadas 215, 216 y 217. Además
de 17.000 prisioneros, 14.000 muertos y 20.000 entre heridos y enfermos. Una
cifra que pasaba de las 50.000 bajas en el bando republicano. También
cabe destacar, todo el material bélico como los 100 aparatos de aviación, las
500 ametralladoras y los 40 tanques, entre otros, que dejaron en manos de los
nacionales. En marzo, un año más tarde de su llegada a tierras mañas, el batallón
cayó destrozado por completo en la batalla del Alfambra.
Paquear: la expresión “paqueo” alude a los disparos
de fusil aislados, generalmente provenientes de un francotirador o “paco”. La
expresión se acuñó en la guerra de África para designar a los moros que se
emboscaban durante horas para disparar de lejos a los soldados españoles. En
aquellas barrancas desoladas el disparo sonaba: “pa” y el eco “co, de donde “paco”
(Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie, Juan Eslava Galán).
Según
la RAE: 1. tr. Disparar como los pacos2.
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