Enrique Póveda |
Un frescor junto a un olor de humedad los aporrea cuando
entran al zaguán de la finca donde se encuentra la delegación de la F.A.I. La
puerta chirría avisando de su llegada. Enrique está más nervioso de lo normal. Llevaba
días soñando en aquel momento; su inscripción en el batallón Ruesca-Taíno. Desde
que salió del mitin de aquel domingo de finales de enero, organizado por las
Juventudes Libertarias, no paraba de soñar con alistarse en aquella centuria
cuyo destino era el frente de Teruel. Para luchar por la libertad de aquel país
que estaba inmerso en aquella cruel guerra. Va acompañado por su amigo Antonio,
que también se va a alistar en el batallón. La mano le tiembla al firmar la
cuartilla de reclutamiento. Enrique no imagina que su vida cambiará en menos de
dos meses.
Los rostros de las fotografías están sacados de la web https://thispersondoesnotexist.com y están realizados por Inteligencia Artificial. Cualquier coincidencia con la realidad, es mera casualidad.
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