Frente al enemigo





Apoyado en los sacos, con la vista puesta en la mirilla, vigila atentamente a su objetivo. Intenta respirar pausadamente para que el fusil no se mueva. El disparo resuena por todo el valle despertando al enemigo.

En esta serie de posts os iré contando algunos de los hechos que sucedieron en las trincheras que defendió nuestro Batallón Ruesca-Taíno. 

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