Triste despedida




Nunca imaginaba que uno de mis personajes tristemente desaparecería de la noche a la mañana sin casi esperarlo. En la vida real nos ha dejado mi amigo Jorge Creus, compañero de trabajo, de fatigas y de muchas cosas más.
Está siendo un trago muy duro de digerir. Él sabía que ocupaba un papel privilegiado en la historia que voy escribiendo conforme mi trabajo me lo permite y desde el primer momento se involucró ayudándome en todo lo que podía. En la ficción encarna a Claudio Blanco Fuentes, aquel jovenzuelo que siempre maquinaba las mil ideas y nunca echaba la toalla hasta conseguir todo lo que se proponía. Lo mismo pienso hacer yo con esta historia que llevo desde finales de septiembre y que he ido dejando lentamente por el camino. Voy a recuperar todo el tiempo perdido y a reengancharme hasta llegar a su fin por él, por Jorge, y por su memoria. Porque él nos ha enseñado a que en la vida hay que ser constantes y no hay que parar hasta conseguir lo que queremos, siempre, sacándo la parte buena de las cosas. Pero una cosa sí que la tengo clara: desgraciadamente Jorge se ha marchado para siempre pero yo intentaré tenerlo siempre a mi lado contando la mayoría de historias que hemos vivido juntos y trasladándolas  a todos vosotros. Esta va por ti querido amigo, allá donde estés, nunca te olvidaré. D.E.P.



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