Con permiso


Me he permitido la licencia de poder mover a mi antojo alguno de los comercios que en 1.937 albergaban las casas del centro de Alcoy. Es el caso del Bar Nou Manila situado en la realidad en la calle Cura Benlloch nº 3.
Lo trasladaré, con su nueva y flamante fachada, y con el permiso de sus dueños, hasta la misma calle Laporta (País Valenciá) enfrente del imponente edificio del Banco de España. Los dos tablones granates con las pizarras centrales donde se escriben las tapas del día, contrastan con el crudo color de la fachada de piedra del transitado Banco, más parecido a un hormiguero desde primera hora de la mañana. En el interior del bar uno se puede encontrar con todo tipo de gente, aunque los más adinerados como banqueros, notarios o abogados tomarán su desayuno, copa y puro en el restaurante, por el que se accede por un pequeño pasillo, separados de la plebe. El camarero situado detrás de la barra no deja de divertir y de entrometerse con sus parroquianos con todo tipo de chascarrillos y chismes sobre la guerra mientras sirve todo tipo de bebidas espirituosas por si llegara algún día de estos la ley seca. Nuestros protagonistas harán alguna que otra parada en aquel local para retomar fuerzas o urdir algún que otro plan, mientras presienten como la guerra va avanzando lentamente hacia el este como una sombra que a su paso va tiñendo el camino de sangre.




Comentarios

  1. Me he sentido transportado, Rafa, puedes estar seguro. Pero la guerra es dura y cruda...
    Una idea fantástica, la que has tenido :o)

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  2. Me alegra de que te haya gustado!!! Un fuerta abrazo!!!

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